Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://ronaldnlul974340.atualblog.com/45087086/el-incidente-zidane-materazzi-que-sorprendió-al-mundo